A Johanna Gómez, la llegada de la pandemia le despertó su instinto comercial. Junto a su hija Paulina Quintero y una sobrina que por entonces vivía con ellas, decidieron poner en marcha un emprendimiento de bisutería que se especializara en complacer los gustos de sus clientes. Así nació Pamarte, un nombre que combina las palabras “Paulina”, “amor” y “arte”.
Para entonces, se pusieron en la tarea de adquirir cuentas artesanales de todos los colores y formas, además de hilos. Aprendieron técnicas de bordado de manillas y collares viendo videos en YouTube, crearon un logo y pocos meses después, en medio de la incertidumbre del COVID, Johanna comenzó a publicar en redes sociales los primeros accesorios.
“Los accesorios son parte de todos, dan estilo e identidad, por eso nos decidimos a la personalización. Ha sido un reto, pero poco a poco la gente fue conociendo Pamarte”. Comenta Johanna, quien vive cerca del Parque de Aranjuez con su hija y dos sobrinas.
El origen
Este emprendimiento nació de Green Smile, un proyecto que Johanna inició con tres amigos, centrado en gorras, camisetas y tenis. En el afán de diversificar y ofrecer nuevos productos, surgió la idea de Pamarte.
“Green Smile o sonrisa verde, como su nombre lo indica, es una marca que se identifica con la naturaleza, la contemplación del mundo y la recarga de energía. La ropa es juvenil y los diseños y dibujos que aparecen en las prendas son creaciones de artistas nacionales e internacionales”, comenta Johanna, quien vive en Aranjuez hace 17 años, proveniente del corregimiento Isabel López, en Sabanalarga, Atlántico.
Frente a la experiencia de crear Pamarte, Paulina Quintero, hija de Johanna, afirma que, al principio, aprender a hacer bisutería siempre fue complicado. Pero luego de algunos meses de práctica se dio cuenta que los tejidos y la combinación de piezas de bisutería le salían con mayor naturalidad, así como la combinación de colores y formas.
“Hoy en día, con mis primas Melisa de Oro Gómez y Helen Gamarra Gómez confeccionamos los estilos de Pamarte. Todos los días aprendemos y cuando se nos ocurre un diseño, lo intentamos hasta que sale”, comenta Paulina.
Melisa de Oro Gómez es una amante del arte. Quiere entrar a la universidad y aprender sobre artes visuales. “Esto se trata de dejarse llevar por la creatividad y entender los gustos de los clientes. Uno como artista tiene que aprender a observar, así que todo lo que hago para Pamarte tiene un sello propio mío”, señala la joven.
Retos por superar
Johanna afirma que los desafíos de crear Pamarte y Green Smile fueron muchos, especialmente al principio. Tuvo que enfrentar la incertidumbre, la falta de recursos y la dificultad de atraer clientes. “Me costó encontrar la fórmula adecuada para mi marca, pero aprendí a invertir en lo que valía la pena”.
Y añade, “empecé a mejorar mi presencia en redes sociales, a hacer promociones, y a aprender más sobre marketing digital. También tuve que aprender a gestionar mi tiempo entre producir, vender y atender a los clientes, y eso no fue fácil.”
Lo que se viene
Uno de los grandes logros de Johanna y su equipo, es entender que los emprendimientos son un motor de autoconfianza y crecimiento personal. Uno de los primeros aspectos que destaca al emprender, “es el descubrimiento de habilidades que uno no sabía que poseía”, afirma. Por eso, es conocido en el mundo del emprendimiento que iniciar desde cero obliga a la persona a salir de su zona de confort y aprender cosas nuevas constantemente.
El reto ahora es afianzar las marcas en redes sociales y seguir encontrando nuevos diseños que sorprendan. Pamarte destaca en bazares y sanalejos.
“Cosas maravillosas vienen para el próximo año, y tanto Pamarte como Green Smile, lanzarán nuevos proyectos”, puntualiza Johanna.
Conozca Pamarte y Green Smile