La carta de amor la escribió en 1927 y cruzó en barco el Océano Atlántico, desde la ciudad de Florencia, Italia, hasta Medellín. La misiva tiene la letra de Giuliana Scalaberni, quien se convirtió en la esposa del maestro Pedro Nel Gómez. La carta comienza con esta pregunta: “¿Por qué repetir que me siento terriblemente sola sin tu presencia, si tu aún más que yo lo sabes y lo sientes?”.
Inquieta, culta y liberal, así es descrita Giuliana Scalaberni, la mujer que se encargó de recoger y promover la obra de su amado, con quien tuvo ocho hijos que se criaron en la que hoy es conocida como la Casa Museo Pedro Nel Gómez.
Pedro Nel y Giuliana se conocieron luego de que el maestro, siendo muy joven, viajara primero a Francia, luego a Holanda y finalmente a Florencia, para desarrollar sus estudios y aprender de los grandes europeos como Leonardo Da Vinci, Rembrandt, Piccaso, Cézanne y Velázquez.
Cuentan que Pedro Nel llegó a instalarse a una pensión para estudiantes en Florencia y allí conoció a Giuliana. Se enamoraron con pasión y ella le sirvió de modelo en cientos de pinturas.
De regreso a Medellín, Pedro Nel tuvo que dejar a Giuliana y luego enviar por ella, cuando obtuvo recursos y reconocimiento, trabajando como muralista, arquitecto y docente en las mejores universidades del país. Durante ese periodo de soledad en Florencia, fue que Giuliana Scalaberni escribió su carta de amor.
Gestora de la casa
Ya en Medellín a principios de 1932, Giuliana Scalaberni se convirtió en una dama respetada y admirada dentro de los artistas paisas. Su cultura era amplia, además de que era una reconocida pianista de las mejores obras clásicas.
Fue la mano derecha del maestro Pedro Nel y la musa de una considerable parte de su obra, cuadros que pueden ser apreciados en las diferentes salas del hoy museo, a donde llegaron luego de vivir cerca del Parque de Bolívar. De hecho, la colina donde hoy está edificada la casa fue escogida por la misma Scalaberni, cuando Medellín aún era una provincia y Aranjuez solo un puñado de fincas.
La casa comenzó a ser construida en 1936 y en ella la esposa del maestro fue acumulando la obra. Allí se criaron sus ocho hijos hasta su muerte en 1964. A partir de allí, Pedro Nel Gómez se encargó de hacer realidad la promesa que le hizo a su musa: convertir la casa en un museo, objetivo que se concretó en 1975, con la creación de la Fundación Casa Museo, la entrega a la ciudad de cerca de 3 mil obras, además de una amplia biblioteca y archivos fotográficos.
Actualmente, se rinde homenaje a Giuliana con un reconocimiento que lleva su nombre. Este galardón, entregado por el proyecto de cultura de la Comuna 4, destaca a mujeres por su liderazgo en diversos campos, como el ambiental, artístico y comunicativo, entre otros.
Uno de los cuadros más queridos por el maestro se llama La Tesalia del trópico, donde aparece Giuliana en estado de embarazo comiendo mandarinas en la madrugada, sentada en un sillón mullido en medio de las sombras. En síntesis: el maestro solo tuvo ojos para la mujer que le dio sentido a su existencia.