¿Cuántos de ustedes redactaron ensayos o hicieron resúmenes de libros para el colegio? En general, quien ha tenido la oportunidad de acceder a la educación reconoce que escribir fue una de las actividades más importantes en áreas como lengua castellana, ciencias sociales o ciencias naturales.
Para realizar un texto, es necesario no sólo investigar, sino también tener la capacidad de generar ideas originales, creativas y conocer las reglas gramaticales y de puntuación. Escribir significa pensar, crear historias y entretejer ideas que transmitan una experiencia.
En la actualidad ya no es tan necesario ese trabajo, afirma Karen Gómez, habitante de Campo Valdés y estudiante de diseño gráfico: “Escribir un artículo ahora es súper fácil, yo, por ejemplo, simplemente pongo en la página web de ChatGPT que necesito un texto de tal cosa con tantas palabras y ya, ahorro tiempo. Eso sí, es necesario ser muy específica para tener un buen resultado”.
La ética de ChatGPT
La Inteligencia Artificial (IA) es una realidad que llegó para quedarse, impactando diferentes entornos sociales. El uso de la IA ha transformado radicalmente la forma en que la sociedad interactúa con la tecnología y abre un abanico de posibilidades en diversos campos.
Sin embargo, es importante reflexionar sobre los aspectos éticos y sociales relacionados con esta herramienta, para tener la seguridad de que se utiliza de manera responsable y beneficiosa para todos.
ChatGPT redacta artículos, responde preguntas, revisa textos y da ideas, lo que ha facilitado las actividades académicas de los estudiantes.
Juan José Gómez, estudiante de periodismo de la UdeA, indica que: “Para la universidad, esta IA me resulta muy útil, aunque no soy capaz de cortar y pegar el texto de ChatGPT tal cual lo redacta, me parece poco ético. Además, hay datos que da y no son tan precisos. La he usado cuando tengo una investigación y necesito una manito con la redacción, pero no para que escriba todo por mí. No considero que tenga la capacidad de contrastar información como lo haría una persona”.
Saber usarla
Ramón Pineda, profesor de periodismo de la Universidad de Antioquia, indica que: “La IA se debe ver como una herramienta de trabajo para entender y resumir cosas, pero no se debe perder la parte humana, porque, aunque ChatGPT produce una escritura limpia, le falta espíritu, pasión, devoción, estilo, eso que es único e indivisible en la creación literaria y periodística de una persona. ChatGPT ofrece un texto bien escrito e informado, pero frío, no motiva a leer”.
Por su parte, Paulina Monsalve, creadora de contenidos digitales, comenta que: “No podemos negarnos a un futuro que ya está. Sin embargo, es importante encontrar formas de evitar plagios, porque ChatGPT te escribe, pero no sabemos quién es el autor al que estamos copiando”.
Asimismo, Perla Toro, periodista digital, afirma que se tiene que regular su uso: “No hay que satanizar a la IA, pero sí hay que ponerle el foco a un tema de ética tecnológica. En derecho, por ejemplo, uno no encuentra a personas que hablen de derechos humanos vs. derechos digitales. Preocupante”.
De acuerdo con Toro, es necesario saber en qué procesos se pueden utilizar las IA: “Es completamente válido en sistemas de citas, contratación pública y dudas rápidas. Pero cuando se pierde la creatividad y la parte humana, debemos preguntarnos si eso que queremos hacer o decir se lo debo entregar a una maquina o a un humano”.
Regulación desde lo legal
En el aspecto legal es muy poco lo que existe en el país para la regulación de las IA. Está el proyecto de Ley 253 de 2022, presentado por el senador Juan Diego Echavarría Sánchez, que tiene por objeto establecer los lineamientos de política pública para el desarrollo, uso e implementación de la Inteligencia Artificial.
Ante este proyecto que cursa en el Congreso la abogada Alejandra Gálvez afirma que: “Es un paso muy pequeño porque carece de temas técnicos y no hace un análisis más profundo de lo que significa el uso indiscriminado de las IA”.
Claramente el uso de ChatGPT puede ser beneficioso para agilizar tareas de escritura. Sin embargo, no se debe permitir que estas herramientas sustituyan por completo la inteligencia humana. Es esencial que cada persona tenga la capacidad de agregar su propia perspectiva, su estilo, su pasión y así lograr la autenticidad.