La Comuna 4 no busca cualquier tipo de turismo; aspira a uno con propósito y que deje una huella positiva tanto en el corazón del visitante como en el bienestar de la comunidad.
Aquí, el turista no es un simple consumidor, sino un invitado a un hogar colectivo que abre sus puertas con generosidad y espera a cambio, respeto y corresponsabilidad. Este es el sello de Aranjuez: un turismo que se define por lo que construye, no por lo que extrae.
Para que esta visión se haga realidad, la comunidad propone un manifiesto no escrito para el visitante responsable, una guía de buenas prácticas que fortalece este pacto de hospitalidad:
- Sumérgete en nuestra cultura: La verdadera riqueza de la Comuna 4 está en sus historias. Participa en los recorridos comunitarios guiados por quienes mejor conocen el territorio. Visita la Casa Museo Pedro Nel Gómez, explora la ciencia en el Parque Explora, conversa con los artistas y gestores culturales. Tu curiosidad es el mejor regalo que puedes ofrecernos.
- Apoya la economía local: Cada compra tiene un impacto. Elige los restaurantes de barrio, prueba la gastronomía local, adquiere artesanías y utiliza los servicios gestionados por emprendedores de la comuna. Al hacerlo, tu visita se convierte en una inversión directa en el progreso y la sostenibilidad de nuestro tejido social.
- Respeta nuestro hogar: Te abrimos las puertas de nuestras calles, parques y plazas. Te pedimos que los cuides como si fueran tuyos. Respeta las normas de convivencia, el descanso de los vecinos y la limpieza de los espacios públicos. Eres un visitante en una comunidad viva, no en un parque temático.
- Protege nuestra dignidad: En Aranjuez, y en todo Medellín, tenemos una postura de cero tolerancias frente a la explotación sexual y cualquier forma de turismo que vulnere la dignidad humana, especialmente la de nuestros niños, niñas y adolescentes. Promovemos un turismo que celebra la vida y el respeto. Te invitamos a ser un aliado en esta causa, a rechazar estas prácticas y a proteger con nosotros la integridad de nuestra gente.
Si bien celebramos estas buenas prácticas, también es necesario reflexionar sobre aquellos comportamientos que rompen la armonía. El consumo excesivo de alcohol o drogas que deriva en conflictos, el ruido desmedido que irrespeta el descanso, el daño al patrimonio o al medio ambiente, y un turismo meramente extractivo que solo consume sin reconocer el valor local, son actitudes que debilitan el espíritu de nuestro territorio.
Frente a esto, la Comuna 4 – Aranjuez, ha desarrollado una estrategia proactiva, basada en su propia identidad, ofreciendo experiencias culturales y comunitarias tan ricas y auténticas, que desplazan de forma natural las prácticas negativas. El turismo depredador, simplemente, no encuentra espacio en el ecosistema social que se ha construido. Esta estrategia se materializa en cuatro pilares:
- Educación y sensibilización: Se realizan constantemente charlas y talleres con comerciantes y residentes para unificar un mensaje de bienvenida, cuidado y corresponsabilidad.
- Ofertas que transforman: La mejor alternativa a un turismo superficial es una oferta profunda y atractiva. Se promocionan activamente las rutas culturales, gastronómicas y artísticas que invitan a una conexión real con el territorio.
- Una red que cuida: La comunidad misma es la primera garante de su bienestar. Líderes, comerciantes y vecinos actúan como una red de vigilancia solidaria, atenta a detectar y reportar situaciones de riesgo, colaborando para mantener un entorno seguro.
- Alianzas estratégicas: Se fortalece la colaboración con las autoridades para garantizar el acompañamiento, la prevención y la acción efectiva frente a cualquier delito.
Sobre las buenas prácticas en el turismo
Carlos Vásquez Palomeque, director de Aranjuez Para el Mundo expresó: “ Las buenas prácticas en el turismo consisten en generar experiencias que dignifiquen a las comunidades locales, protejan a la infancia y la juventud, valoren el patrimonio cultural, arquitectónico y natural, y abran oportunidades reales para las familias.
Rechazo de manera contundente las malas prácticas como el abuso sexual de niñas, niños y adolescentes; la instrumentalización de mujeres y hombres en el comercio sexual; el consumo de estupefacientes en entornos turísticos, educativos y culturales; y las narrativas violentas que atenten contra la dignidad y la memoria de nuestros territorios.
El turismo debe ser siempre una oportunidad de transformación positiva y responsable, capaz de aportar al desarrollo económico, social y cultural de nuestra comuna, al tiempo que fortalece las artes, las culturas y los saberes del territorio.”